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Enfoque

Perspectiva plurilingüe

De acuerdo con los Núcleos de Aprendizaje Prioritarios de Lenguas Extranjeras, la perspectiva plurilingüe de enseñanza de lenguas “…antes de alentar una oferta meramente acumulativa en términos de la cantidad de lenguas que se puedan ofrecer, apunta a tornar visibles las relaciones entre las lenguas y culturas que están o podrían estar en el currículum, y a sensibilizar hacia la pluralidad constitutiva de estas lenguas y culturas”. Se trata de tener presente que las lenguas están ineludiblemente integradas a una compleja trama de procesos históricos, sociales, políticos, económicos y culturales, y que constituyen objetos heterogéneos y dinámicos. Su heterogeneidad se torna visible, por ejemplo, en las variedades en que cada lengua se manifiesta; su dinamismo, en los cambios observables a través del tiempo. Por este motivo, la enseñanza de lenguas requiere que se las reconozca como indisociables de sus contextos de uso.

Para ello se promueve orientar a los estudiantes para que puedan conocer, comprender y explorar las relaciones entre las lenguas que están aprendiendo, las que hablan en su contexto familiar y comunitario y el español que estudian en la escuela. Relaciones que tienen que ver tanto con vínculos culturales o lugares de poder o prestigio social, como con características lingüísticas concretas (la presencia de préstamos, de elementos que permiten reconocer distintas variedades, de construcciones que responden a la norma gramatical o que se acercan al uso, entre otros ejemplos).

La perspectiva plurilingüe entendida, entonces, como una enseñanza orientada a desarrollar la sensibilidad hacia la diversidad lingüística y cultural, ayudará a los estudiantes de la educación secundaria a valorizar el conocimiento que puedan tener de otras lenguas y variedades y a comprender que, en todas las lenguas, las personas utilizamos diversas formas para comunicarnos, de acuerdo con nuestros contextos y grupos de pertenencia y conforme al momento histórico en que vivimos.

Enseñanza de LE integrada a los saberes que se enseñan en la escuela

Dada la índole de su objeto de estudio, la clase de LE potencia las posibilidades de diálogo interárea y abre un espacio privilegiado de intercambio con los demás espacios curriculares que abordan el estudio de las lenguas, es decir, con el espacio de Lengua y el de otras lenguas que, eventualmente, se enseñen en la escuela. Puede contribuir, también a que se hagan presentes en el aula las lenguas que circulan en los contextos familiares y comunitarios de los estudiantes para quienes el español no siempre constituye su lengua materna.

El vínculo de LE con Lengua es, sin duda, primordial, en la medida que ambos espacios pueden, cada uno desde su especificidad, trabajar con textos variados para la enseñanza de la lectura, la expresión oral y la escritura, y con la instancia de reflexión lingüística y cultural que supone ese trabajo. Estas prácticas, como sabemos, resultan clave para el tránsito por la escolaridad de los estudiantes.

Desde el punto de vista de las áreas que no se focalizan directamente en el estudio del lenguaje, la lengua extranjera puede constituirse en un medio interesante para reafirmar o retomar diferentes saberes disciplinares a través del trabajo con textos escritos y orales que remitan a los respectivos contenidos. Este trabajo interáreas constituye, asimismo, un espacio valioso para que los estudiantes puedan comprobar sus avances en el proceso de aprendizaje de la lengua que están estudiando.

Perspectiva intercultural

Desde una perspectiva de enseñanza de lenguas que considera a estas indisociables de sus contextos de uso, el espacio de LE permite a los estudiantes tomar contacto con modos diferentes de construir sentidos tanto lingüísticos como culturales. Las diferencias, entonces, pueden surgir no sólo en los elementos que caracterizan a la lengua que se esté estudiando —sonidos, ritmo, entonación, diferentes elementos gramaticales, léxicos o discursivos— sino también a través de aspectos que representan, en las culturas asociadas a esas lenguas, las distintas formas de concebir las relaciones familiares, las reglas de cortesía, la identidad, el valor del estudio y el trabajo, entre otros.

La perspectiva intercultural en la enseñanza de lenguas se preocupa por comprender las características de las lenguas y culturas que se estudian para, al mismo tiempo y a partir de ellas, crear situaciones que contribuyan a un mayor conocimiento y comprensión de la/s lengua/s y cultura/s propia/s. Se desnaturaliza, de ese modo, la relación que se tiene con lo propio; se lo (re)conoce y convierte, también, en objeto de estudio.

La enseñanza de LE desde esta perspectiva puede desarrollar un trabajo valioso en el sentido de reconocer y comprender las semejanzas y diferencias entre culturas, y jugar un papel importante en la construcción de la propia identidad sociocultural de los adolescentes y jóvenes de la educación secundaria. Y puede también contribuir, junto con los demás espacios curriculares, a fortalecer mecanismos de integración social y convivencia democrática a través del ejercicio del respeto por el otro.