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Enfoque

La interpretación o la producción de sentido en el arte

El arte es un campo de conocimiento que se expresa con distintos formatos simbólicos, estéticamente comunicables, que cobran la denominación de lenguajes artísticos. Considerando los desarrollos históricos y las presencias contemporáneas, podemos mencionar la música, las artes visuales, el teatro, la danza, las artes audiovisuales y los lenguajes multimediales. Todos ellos son considerados disciplinas cuyos contenidos sustantivos se emparientan fuertemente con la interpretación artística.

En el arte la capacidad interpretativa está íntimamente ligada a los procesos de producción, por lo tanto atraviesa la totalidad del proceso artístico: desde el momento inicial de la realización hasta que, una vez concretada, dialoga con el público. En este sentido, el realizador es un intérprete que elige, selecciona, decide los recursos y los criterios con los que cuenta para producir una obra.

La interpretación incluye la comprensión, porque procede a partir de una particular mirada del entorno y se proyecta hacia la construcción de múltiples realidades posibles y deseadas. En este marco, y en materia de arte, la interpretación no se restringe sólo a los momentos de análisis y crítica, sino que acompaña todos los procesos de realización artística.

Enseñar arte hoy

Las disciplinas que componen el área aportan a la configuración de nociones abstractas entre las que tiene particular énfasis la noción de forma simbólica, ya que apela a procesos de construcción metafórica y poética, que se expresan a través de diferentes herramientas, materiales y soportes.

El desarrollo de la capacidad interpretativa se vincula con saberes afines a la experiencia artística. Es decir, a los procesos de producción o realización y aquellos vinculados con el análisis crítico contextualizado en su entorno sociocultural. Todas estas cuestiones suponen el aprendizaje de saberes que no son abordados por otros campos disciplinares y que resultan fundamentales en la actuación ciudadana.

Es necesario aquí considerar las vinculaciones de los últimos tiempos entre arte y tecnología. Los soportes tecnológicos han dado lugar a nuevos modos de relacionarse con el hacer artístico. El estudio de los cambios y las permanencias en las formas de creación y difusión artística, en vinculación con la tecnología, resultan una cuestión relevante en la comprensión sobre quiénes, para quiénes y por qué se hace arte hoy.

La realización en el arte

La instancia de producción artística resulta ineludible en tanto conforma una estrategia de aproximación al conocimiento artístico. En ella la dimensión poética, aspecto relativo a lo formal, adquiere centralidad. Esto se entrelaza con la utilización del tiempo y del espacio y con procedimientos compositivos como la repetición, la alternancia, la continuidad o la ruptura, lo identitario y la diferencia, lo próximo y lo lejano, para producir sentido estético. También se requiere del uso de técnicas, sin embargo, estas son sólo un medio para resolver problemas específicos de orden simbólico.

Es así como podemos pensar la Educación Artística desde el proceso de producción-composición de la obra de arte, superando la consideración exclusiva de la obra únicamente como un producto.

La producción artística contextualizada

A la hora de pensar en el abordaje de la contextualización sociohistórica es importante hacer foco en la reflexión sobre las producciones colectivas contemporáneas que integran medios y lenguajes, que permiten recuperar tradiciones propias a diversos repertorios culturales del presente y del pasado y que generan impacto tanto en la industria cultural/creativa como en los medios de comunicación audiovisual. En este marco, el estudio crítico del mercado en el proceso de producción de bienes culturales y de objetos intangibles será de particular interés en el nivel.

Los estudiantes como protagonistas de sus proyectos artísticos

La relación de los adolescentes con su contexto constituye uno de los aspectos fundamentales en el desarrollo de capacidades de análisis y reflexión crítica. Las disciplinas que componen el área deberán conferir particular importancia a las culturas juveniles y a los vínculos entre los estudiantes, tanto los que se producen en el aula y en los grupos de pertenencia como en los entornos locales, regionales o globales.

En este sentido, la Educación Artística deberá favorecer la autonomía para la producción artística. Las prácticas de creación y realización grupales se orientarán a la participación de todos los estudiantes, la proyección y gestión conjunta, los intercambios de roles y la cooperación entre los actores de la propuesta. En este marco, el compromiso y la responsabilidad, tanto en la producción individual como en la colectiva, resultarán prioritarios.