Democracia y neoliberalismo en Argentina

Historia

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Teniendo en cuenta la periodización propuesta, se presenta a continuación un conjunto de recursos y actividades  que, sin pretender agotar los contenidos seleccionados ni sus posibilidades de abordaje, constituye un itinerario (entre los muchos posibles) para trabajar el tema. Seguramente, la propuesta requerirá de enriquecimientos, así como de adaptaciones a las situaciones pedagógicas concretas en que tienen lugar las prácticas de enseñanza de los docentes.
 

Actividad para todos los estudiantes

Textos para pensar los condicionamientos a la joven democracia

En 1983 los argentinos recuperábamos la democracia, después de los terribles años del terrorismo de Estado. Por el vasto país, soplaban vientos de entusiasmo, optimismo y alegría. Sin embargo, como señaló Edgardo Mocca en un artículo periodístico de noviembre de 2013, junto a ese lado luminoso de aquella primavera democrática, empezábamos a convivir con la pesada herencia de la dictadura: herencia en la que confluía trágicamente la criminalidad estatal con una profunda reestructuración económica, social y cultural, que era consecuencia de la exitosa aplicación de políticas neoliberales.

La democracia reconquistada era, aunque esperanzadora, el emergente de una profunda derrota histórica del campo popular. Nacía, además, en un marco internacional signado por una irrefrenable ofensiva neoliberal, el debilitamiento de los Estados nacionales y el visible declive de las corrientes ideológicas transformadoras que habían animado buena parte del siglo XX.

Este fue el contexto nacional e internacional que condicionó –según Mocca- la voluntad reformista del gobierno de Alfonsín y que alentó a las fuerzas que terminaron por desestabilizarlo con la hiperinflación y los saqueos de 1989.

Consideramos que para ayudar a la problematización de esta etapa histórica resulta pertinente replicar algunos de los interrogantes planteados en el libro, elaborado por el equipo de Educación y Memoria del Ministerio de Educación de la Nación, a treinta años de la recuperación de la democracia:

¿En qué medida la herencia de la dictadura condicionó a la democracia que empezó en 1983? ¿Cuáles fueron las limitaciones y cuáles las potencialidades de la llamada “primavera democrática”? ¿Se vivió esa “primavera” en las distintas provincias? ¿De qué modo?

Para tratar de resolver estos interrogantes, es muy importante que brindemos información acerca de la herencia que dejó la dictadura y que colocó en una situación de extrema debilidad a la sociedad y a los partidos políticos que renacían a la vida democrática. Consideramos que sólo así, los estudiantes podrán entender por qué, a partir de ese año, se instauró una democracia, bajo la cual se fueron progresivamente profundizando las desigualdades, se eliminaron derechos históricos de los trabajadores y el país incrementó su dependencia externa hasta niveles desconocidos en su historia. Para tales fines, podremos utilizar variados textos, documentales, imágenes y, particularmente, fuentes que pongan a dialogar los procesos históricos nacionales con los acontecimientos y procesos locales y regionales. En este sentido, cada docente, desde su jurisdicción, promoverá –a través de variados recursos- el tendido de puentes entre distintas escalas de la historia (nacional, local, regional).

A continuación ofrecemos un conjunto de textos cuya lectura grupal puede contribuir a ubicarse en el tema, contextualizarlo, identificar a los principales actores políticos del período, así como los condicionamientos sufridos por el gobierno de Raúl Alfonsín por parte de distintos grupos corporativos, como las Fuerzas Armadas, distintas fracciones del poder económico y el sindicalismo.

Fuente 1

Democracia 1983-2010. La dinámica política

Con la derrota en la guerra de Malvinas, en junio de 1982, se abre el proceso de transición a la democracia. A partir de entonces, las Fuerzas Armadas plantean la necesidad de “clausurar el pasado” y olvidar lo sucedido. Sin embargo, algunos elementos obstaculizaron la salida sin costo para los responsables de la dictadura. En este sentido, fue trascendente tanto el rol que desempeñaron los organismos de derechos humanos, que pusieron en evidencia el terrorismo de Estado, como el protagonismo y la reconstrucción de la mayoría de los partidos políticos, que movilizaron a la ciudadanía con multitudinarias manifestaciones callejeras. El gran desafío desde entonces fue sentar las bases para la reconstrucción y la consolidación del Estado de derecho con una nueva democracia que fuera capaz de garantizar la gobernabilidad. En 1983, los partidos políticos presentaron sus plataformas y comenzó la disputa electoral. La posición de los candidatos respecto al juzgamiento de la dictadura saliente fue uno de los ejes centrales de la agenda de los partidos políticos. Luego de una intensa campaña y habiendo logrado el 51,7% de los votos, triunfó la UCR derrotando por primera vez en comicios sin restricciones a una fórmula justicialista (Luder-Bittel). Así, el 10 de diciembre de 1983, Raúl Alfonsín asume la Presidencia de la República.(...)

Los derechos humanos y la cuestión militar

Con el objetivo de establecer garantías para la vigencia del pleno Estado de derecho, Raúl Alfonsín sancionó, a pocos días de asumir, dos decretos en los que ordenó enjuiciar a los dirigentes comprometidos con la lucha armada y procesar a las juntas militares que gobernaron el país entre los años 1976 y 1983. Encargó también a la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP) la recopilación de denuncias y pruebas sobre las prácticas del terrorismo estatal de la dictadura. El documento presentado en septiembre de 1984 con el nombre Nunca Más fue de gran utilidad para el Juicio a las Juntas en 1985, instancia que probó la responsabilidad en el genocidio de los principales miembros de las Fuerzas Armadas, entre ellos, Videla, Massera y Viola. 

Sin embargo, la cuestión militar no se cerró con estas acciones: entre 1987 y 1990 una facción del Ejército, conocida como “los carapintadas”, que reclamaba la finalización de los procesos judiciales, provocó una serie de alzamientos contra los gobiernos constitucionales (de Raúl Alfonsín y Carlos Menem). La Ley de Punto Final (23.492 de 1986) y la de Obediencia Debida (23.521 de 1987), sancionadas durante el gobierno de Alfonsín, y luego los indultos propiciados por el presidente Menem fueron las formas que el poder político utilizó para frenar las presiones ejercidas por las Fuerzas Armadas.(...)

Economía y sociedad

El Gobierno de Alfonsín debió resolver tres grandes problemáticas económicas: la presión por la redistribución de los ingresos, la caída de la inversión (capitales fugados en los años anteriores) y la deuda externa. Si bien el primer plan económico buscó lograr cierta distribución salarial, rápidamente el proyecto mostró los límites de un Estado débil frente a los distintos grupos de interés que pugnaron por apropiarse de los ingresos en un contexto de recursos escasos y de gran inflación. Esta problemática se agudizó en 1984 cuando el gobierno impulsó una ley de reforma sindical que generó importantes resistencias dentro del movimiento obrero, profundizó el conflicto con las organizaciones de los trabajadores y debilitó, a su vez, la posición del Gobierno frente al empresariado. Respecto a la deuda externa, si bien en principio el Gobierno se propuso determinar qué parte de ella era legítima, esta posición fue cambiando y, en poco tiempo, el pago de la deuda se convirtió en uno de sus principales objetivos. La retribución de esos intereses consumió la mayor parte de los recursos del comercio exterior e imposibilitó el crecimiento económico, al tiempo que el capital concentrado presionó para continuar las políticas de la dictadura. En ese marco, las medidas económicas del radicalismo no lograron ir más allá de los planes de estabilización (el Plan Austral y el Plan Primavera) y profundizaron así la debilidad de un Estado que no pudo responder a la crisis económica que culminó en un proceso hiperinflacionario. Esta hiperinflación fue presentada como una consecuencia de la excesiva intervención del Estado y funcionó como ejemplo para el disciplinamiento social y la liberalización de las políticas en los años posteriores.

En mayo de 1989 se realizaron nuevas elecciones en las que se impuso la fórmula justicialista Menem-Duhalde. Debido al desgaste político, a la crisis inflacionaria y a los saqueos, entre otros factores, Alfonsín entregó el gobierno de forma adelantada en julio de 1989. (...)

Fuente: Voces del bicentenario

 

Fuente 2

Treinta años después

Hace treinta años los argentinos elegíamos otra vez libremente a un gobierno, después de la trágica experiencia del terrorismo de Estado. Una ola de entusiasmo democrático recorría las calles y las plazas. Las públicas revelaciones del horror dictatorial encendían la indignación popular y conformaban el piso de una voluntad colectiva de no regresar nunca más a esa penosa circunstancia. Sin embargo, junto a ese lado luminoso de aquella primavera, empezábamos a convivir con la herencia histórica de la dictadura. Era una herencia que unía la criminalidad estatal con una profunda reestructuración económica, social y cultural de nuestro país: la desindustrialización de la economía, el fortalecimiento de los grupos financieros, la pauperización y el abandono social de grandes masas de personas, el debilitamiento de la clase trabajadora y de sus organizaciones sindicales constituían el marco en el que recuperábamos la democracia política. La idea misma de Estado era pensada con desconfianza y temor después de su empleo como maquinaria de persecución y muerte.

Excepcional como fue desde sus prácticas terroristas, la dictadura se inscribió, sin embargo, en un movimiento de época. El tiempo de su ascenso al poder coincidió con los albores de una gran revolución mundial del capitalismo; Thatcher, primero, y luego Reagan inauguraban en sus poderosos países la era de la ofensiva total contra los Estados sociales a los que se situaba como chivos expiatorios de la crisis de mediados de los ’70. Era la primera etapa del avance del neoliberalismo sobre esa construcción histórica que fueron las sociedades industrial-salariales, edificadas mundialmente a la salida de la Segunda Guerra Mundial como alternativa a la utopía de los mercados autorregulados, que desembocó en la crisis de los años ’30. La adaptación de nuestra sociedad a las demandas específicas de ese nuevo mundo en cierne fue el sentido mismo del terror de esos años: no solamente había que modificar estructuras y sistemas, era necesario clausurar memorias de lucha, producir un duradero escarmiento sobre aquellos actores sociales que habían crecido en la anterior etapa, desde la resistencia peronista hasta el Cordobazo.

Nuestra democracia fue, a la vez, una gran esperanza y el emergente de una profunda derrota histórica. Nació bajo el signo de una gran crisis regional, la llamada “crisis de la deuda” (desencadenada por el default de México) que era la acabada expresión de los nuevos vientos de la época, de la expansión del poder financiero, del debilitamiento de los Estados nacionales, del papel que crecientemente adoptarían los organismos internacionales de crédito. Nació, además, en una época de visible declive de las corrientes ideológicas transformadoras, lo que en los países de nuestra región se fundía con el balance trágico de nuestra experiencia de lucha en los años setenta. El dirigente chileno Carlos Ominami llamó “psicología del sobreviviente” a esa sensación de frustración y culpa que acompañaba a quienes habían protagonizado, aun en formas diferentes, aquella experiencia revolucionaria. Esa combinación de ofensiva neoliberal y neoconservadora, reflujo del pensamiento crítico y conciencia de la dura derrota de la década anterior, constituyó el límite político de nuestra recién recuperada democracia. Ese fue el marco que condicionó la voluntad reformista de Alfonsín y su gobierno en sus primeros tiempos y que alentó a las fuerzas que lograron primero neutralizar sus intentos de cambio y después arrinconarlo y desestabilizarlo hasta lograr su renuncia anticipada. (...)

 

Fuente 3

Nuevos grupos dominantes y novedosas formas de disciplinamiento político-social

En 1983, a la salida de la dictadura, la sociedad argentina se encontró con una pesada herencia. Una enorme e impagable deuda externa, el país desindustrializado gracias a la “fiesta” especulativa desatada por Martínez de Hoz, un campo popular disciplinado y fragmentado a través del terrorismo de Estado y las políticas neoliberales. Entre éstas y otras variadas consecuencias, queremos subrayar el hecho de que la clase política, en virtud de las transformaciones económicas y el endeudamiento externo provocados por el tándem Videla-Martínez de Hoz, quedó en situación de gran debilidad respecto del nuevo poder económico que se consolidó durante los años de plomo de la dictadura.

Ese nuevo sector dominante estaba formado –según Eduardo Basualdo (2001)- por grandes grupos económicos locales, como Pérez Companc, Loma Negra, Macri o Roggio; por un conjunto restringido de conglomerados  extranjeros, como Techint, Bemberg y algunas empresas automotrices; y finalmente por algunas fracciones de la banca local y los acreedores externos.

En los primeros años de democracia, abundaron las tensiones entre estas distintas fracciones de capitalistas así como presiones sobre el gobierno de Alfonsín para hacer prevalecer sus intereses. La decisión del gobierno de favorecer a los grupos económicos nacionales y extranjeros con inserción local, su dificultad, desde 1988, para “honrar la deuda” alentaron a los acreedores externos a poner en marcha un proceso hiperinflacionario. Se trataba de una nueva forma de golpe -un golpe de mercado- destinado a sembrar el caos y el desprestigio de las autoridades elegidas democráticamente.

La nueva forma de intervención destituyente no venía acompasada por el tradicional ruido de espadas y fusiles, tampoco por los ritmos marciales de las marchas militares. La nueva forma de golpear se caracterizaba por el deterioro desenfrenado del valor del peso, los aumentos consecuentes de los precios de los productos de primera necesidad, la especulación, el mercado negro, la desesperación y los saqueos de comercios y supermercados, estimulados por diversos punteros políticos.

El proceso hiperinflacionario, al licuar segundo tras segundo, los ingresos de los asalariados, al instalar el terror del hambre entre todos los que vivían de un empleo, así como entre pequeños comerciantes e industriales, minaba a ritmo vertiginoso el ya escaso poder del primer gobierno de la restauración democrática.

 (Adaptación)

La lectura compartida de estos textos dará lugar a un rico intercambio de preguntas, respuestas y a variados comentarios. Será importante atender las inquietudes de los estudiantes y, a la vez, poner en primer plano los conceptos básicos que atraviesan esta temática, como democracia, dictadura, corporaciones. Sobre todo, habrá que internarse en la problemática del poder, provocando situaciones que nos permitan conocer qué entienden los alumnos por poder. Por lo general, circunscriben el concepto al poder de los gobiernos y, más aún, al poder de un/a presidente. Complejizar esa noción será muy importante para entender este tema, así como muchos otros temas de la currícula.

Para colaborar en su tratamiento y en la complejización del concepto de poder, transcribimos fragmentos del Diccionario político de Norberto Bobbio. Cruzando las definiciones de este texto con los elementos que brindan los precedentes, los alumnos estarán en condiciones de conceptualizar los distintos tipos de poder actuantes en estas circunstancias particulares de la historia argentina reciente, analizar las relaciones de poder existentes, así como los diversos recursos que los actores ponen en juego para hacer prevalecer sus puntos de vista e intereses.

Acerca del poder (p.)

DEFINICIÓN: (…) Entendido en sentido específicamente social, (…) el p. se precisa y se convierte, de genérica capacidad de obrar, en capacidad del hombre para determinar la conducta del hombre: p. del hombre sobre el hombre. El hombre no es sólo el sujeto sino también el objeto del p. social. Es p. social la capacidad de un padre de impartir órdenes a los hijos, o la de un gobierno de impartir órdenes a los ciudadanos; (...).

(El poder social puede clasificarse de acuerdo a distintos criterios: la función que desempeña, los medios de que se sirve y el fin que persigue. Si tenemos en cuenta el criterio de clasificación de los medios de los cuales se sirve el sujeto activo de la relación para condicionar el comportamiento del sujeto pasivo) pueden distinguirse tres grandes clases en el ámbito del concepto muy lato de poder. Estas clases son: el poder económico, el poder ideológico y el poder político. El [poder económico] es el que utiliza la posesión de ciertos bienes, necesarios o supuestos tales, en una situación de escasez, para inducir a aquellos que no los poseen a tener una cierta conducta, que consiste principalmente en la ejecución de un cierto tipo de trabajo. En la posesión de los medios de producción reside una enorme fuente de poder por parte de aquellos que los poseen (…). El poder ideológico se basa sobre la influencia que las ideas formuladas en cierta manera, emitidas en ciertas circunstancias, por una persona investida con una cierta autoridad, difundidas con ciertos procedimientos, tienen sobre la conducta de los asociados: de este tipo de condicionamientos nace la importancia social en todo grupo organizado de aquellos que saben, de los conocedores, sean los sacerdotes de las sociedades arcaicas o los intelectuales o los científicos de las sociedades evolucionadas (…). En fin, el poder político se basa en la posesión de los instrumentos a través de los cuales se ejerce la fuerza física (las armas de todo tipo y grado): es el poder coactivo en el sentido más estricto de la palabra. Las tres formas de poder instituyen y mantienen una sociedad de desiguales, es decir dividida entre ricos y pobres en base al primero, entre conocedores e ignorantes en base al segundo, entre fuertes y débiles en base al tercero y, genéricamente, entre superiores e inferiores. (…) Lo que caracteriza al poder político es la exclusividad del uso de la fuerza respecto de todos los grupos que actúan en un determinado contexto social (…).

En las relaciones entre los grupos sociales diferentes, a pesar de la importancia que puede tener la amenaza o la ejecución de sanciones económicas para inducir al grupo adversario a desistir de un cierto comportamiento (…), el instrumento decisivo para imponer la propia voluntad es el uso de la fuerza, la guerra. (…). 

 

Actividad para todos los estudiantes

Análisis de imágenes sobre acontecimientos significativos del período

Para agregar información sobre el período, diversificando las fuentes, podemos proponer un trabajo con imágenes. Entendemos las imágenes como un recurso que no es neutro ni transparente, sino que siempre implica un enfoque, una manera, entre otras posibles, de abordar determinado aspecto de la realidad. De allí que sea tan relevante problematizar el trabajo con imágenes y fundamentar la selección que se realiza, explicitando los sentidos y finalidades pedagógicas de esa selección.

Aquí sería muy pertinente realizar algún trabajo interdisciplinario con Lengua y Literatura, buscando de esta manera generar zonas de confluencia y enriquecimiento recíproco respecto al análisis semiótico de las imágenes y los textos que las completan.

En este caso seleccionamos algunas fotografías que datan del período 1983 - 1989. Marcan el apogeo, la crisis y la declinación del primer gobierno de la restauración democrática. Compartimos algunos de los criterios que tuvimos en cuenta para seleccionarlas, así como algunas reflexiones e interrogantes que estas nos provocan:

La asunción de Alfonsín. 1983

Imagen La asunción de Alfonsín. 1983
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1983

 
La asunción de Alfonsín fue un momento clave, de alto valor simbólico, pues marcó el retorno de la democracia, tras los horrores de la última dictadura. En medio de un clima de algarabía se abrían importantes interrogantes sobre el futuro de esa democracia recién recuperada. ¿Sería posible dotarla de un contenido social reparador e incluyente? En ese sentido, en la fotografía elegida, junto a un Alfonsín pletórico y en medio de los "papelitos" se observa la presencia de la custodia militar, que en términos alegóricos puede entenderse como una vigilancia, como una herencia latente de la dictadura, que se mantenía alerta, procurando asegurar la continuidad del disciplinamiento y del "orden" social neoliberal que comenzó a construirse en el período 1976-1983.
 

Levantamiento militar. 1987

Imagen Levantamiento militar. 1987
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Presidencia de la Nación

El presidente Raúl Alfonsín en Campo de Mayo, 1987.

 
El levantamiento carapintada de 1987 refleja la concreción de los riesgos de una democracia que  las Fuerzas Armadas pretendían tutelar. Por eso la fotografía de Alfonsín, caminando entre los militares sublevados, pone en escena, con gran fuerza dramática, la fragilidad de un régimen democrático que no lograba dotarse de importantes márgenes de autonomía respecto de los poderes económicos ni de quienes, durante los últimos años, habían sido los garantes armados de esos  mismos poderes económicos.
 

Saqueos de 1989

Imagen Saqueos de 1989
Imagen 1/2
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Imagen Saqueos de 1989
Imagen 2/2
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Saqueos en Rosario, 1989

 
Los saqueos a supermercados en 1989 ponen en evidencia el atroz condicionamiento de los poderes económicos más concentrados, que ante disputas internas y ante la insatisfacción con la que el gobierno radical gestionaba la política económica, desataron un proceso hiperinflacionario que golpeó con una violencia brutal las condiciones de vida de los asalariados, poniendo en riesgo su supervivencia. Así pues, la hiperinflación y su consecuencia directa, los saqueos, terminaron configurando una formidable herramienta de disciplinamiento social que, consumada como golpe de mercado, permitiría al gobierno entrante de Menem, profundizar el rumbo neoliberalreclamado por los sectores financieros y los grandes grupos económicos.
Para trabajar  estas imágenes, proponemos a los estudiantes analizarlas críticamente, teniendo en cuenta que de alguna manera dan cuenta de tres momentos diferentes y claves del período 1983-1989. Para acompañarlos y guiarlos en la tarea, podríamos plantearles consignas como las siguientes:
1. ¿Qué le preguntarían al que tomó la fotografía?
2. ¿Qué se está criticando y qué se está avalando en esa imagen?
3. ¿Qué les interesaría ver de esa realidad que no está mostrando la imagen?
4. ¿Quién o quiénes están presentes en las fotografías?
5. Tomando elementos de las tres fotografías, elaborar un dibujo que sea una síntesis del conjunto de escenas presentadas y que refleje expectativas, logros y desafíos de la etapa.
6. Valiéndose de la información aportada por  los textos trabajados grupalmente, escribir un breve texto para contextualizar cada una de las imágenes, poniendo a la vez   en juego las nociones aprendidas sobre distintos tipos de poder (económico, político e  ideológico).

Actividades optativas

Opción 1 - La asunción de Raúl Alfonsín y los saqueos de 1989 en titulares y portadas periodísticas

Aquí la propuesta consiste en analizar críticamente algunas noticias, titulares y portadas que se difundieron en relación a dos acontecimientos nodales del período 1983-1989. Los estudiantes, acompañados por sus docentes, deberán prestar especial atención a lo que dicen y omiten, a lo que muestran y ocultan las fuentes periodísticas. Luego, tendrán que escribir un texto breve dando cuenta de las interpretaciones realizadas. Además, los docentes deberán interpelar conceptos tales como "objetividad periodística" y "línea editorial", entre otros.

Recordemos que la utilización de fuentes periodísticas en la escuela posibilita desarrollar capacidades vinculadas al análisis controversial. Es necesario tener en cuenta que los objetivos de la producción periodística no son coincidentes con las finalidades pedagógicas de la escuela. Podemos reconocer que en nuestro país, como en otros lugares del mundo, la prensa ha asumido y asume un rol muy importante en la formación de una opinión pública favorable a los intereses acotados que representa, intereses que, la mayor parte de las veces, oculta detrás de una pretendida defensa del interés general, blandiendo independencia de criterios y neutralidad frente a los contradictorias fuerzas existentes en la sociedad. En este sentido, convertir a la prensa en un recurso para la enseñanza permite poner a disposición de los estudiantes diversas posibilidades para el desarrollo y fortalecimiento de su pensamiento crítico. La lectura y el análisis de las fuentes periodísticas permiten aprender a interrogar, poner en tensión y contrastar interpretaciones sobre la realidad.

La asunción de Alfonsín

Se pueden proponer a los estudiantes actividades como las que siguen.

1. Observar y reflexionar sobre las ideas que instalan los titulares de Clarín y La Nación.
2. ¿Qué ocurre en esos titulares con la noción de recuperación de la democracia tras casi ocho años de dictadura?

Titular del diario Clarín. Asunción de Alfonsín.

Imagen Titular del diario Clarín. Asunción de Alfonsín.
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Titular del diario La Nación. Asunción de Alfonsín

Imagen Titular del diario La Nación. Asunción de Alfonsín
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Los saqueos de 1989

Las siguientes actividades ponen el foco en el modo en que dos diarios presentaron los saqueos como noticias y buscan que los estudiantes puedan analizar qué implican las diferencias,

Luego de observar las siguientes portadas de diarios de la época, los estudiantes deberán completar el siguiente cuadro, marcando una "x" en la columna 2 o en la 3 y fundamentando su decisión en la columna 4. Será importante remarcarles que tengan en cuenta el vínculo existente entre los títulos de las portadas, las fotografías y los breves desarrollos que los dos diarios hacen -a manera de copete- en las mismas portadas. Es decir, los alumnos tendrán que estar atentos a las palabras que se usan y, además, considerar el modo en que las fotografías acompañan y completan esas palabras.

Portada de Página/12. Saqueos 1989

Imagen Portada de Página/12. Saqueos 1989
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Portada de Clarín. Saqueos 1989

Imagen Portada de Clarín. Saqueos 1989
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Opción 2: La herencia social de la dictadura en el cine

Dar un lugar al cine ficcional o documental en el aula nos ofrece la posibilidad de abordar contenidos sociales complejos, interpelando diversos modos de interpretación. Entendemos que el uso del cine en el aula puede ir más allá de considerarlo solamente como una fuente de contenido para nuestras clases. El cine es un producto cultural que cobra vida en contextos históricos particulares, contextos que lo impregnan de sus interrogantes, preocupaciones e improntas. Por lo tanto, no es una muestra transparente de los hechos, aunque se trate de cine documental, en tanto que implica una selección que nunca es neutra ni objetiva. En este sentido, es importante ofrecer a los estudiantes la posibilidad de analizar el contenido fáctico que presentan las películas y, también, proponerles el análisis de las intencionalidades que se expresan a través del lenguaje audiovisual. La selección de cada uno de los componentes de un filme es el resultado de decisiones e intenciones que es necesario develar en el aula, alentando las contextualizaciones y favoreciendo el desarrollo de la capacidad crítica de los estudiantes.

En el marco de esta secuencia didáctica, recomendamos analizar la película Made in Argentina. En este film se muestran algunos rasgos de la herencia social que dejó la última dictadura, y el modo en que estos seguían operando tras la recuperación de la democracia.

Made in Argentina

Juan José Jusid

1987

Se trata de una adaptación realizada por Jusid de la obra de teatro Made in Lanús, de Nelly Fernández Tiscornia. La película versa sobre un encuentro familiar luego de muchos años de separación. Este encuentro se convierte en la excusa para abordar los conflictos, perspectivas y contradicciones de dos parejas: una que se exilió en Nueva York y otra que optó por quedarse en el país durante la Última Dictadura. Así pues, el film se convierte en un valioso material para reflexionar sobre algunos de los problemas de la Argentina durante los primeros años posteriores a la recuperación de la democracia.

Las siguientes propuestas pueden resultar orientadoras para abordar el análisis del film.

  1. Poniéndote en el lugar de un amante del cine, entusiasmado con el retorno de la democracia, realizar una síntesis de la película ponderando sus aspectos positivos e indicando por qué es importante que los espectadores puedan verla. Al realizar el comentario, retomar algunos de los interrogantes iniciales planteados para este período y ponderar las virtudes de la "primavera democrática".
  2. Poniéndote en el lugar de un amante del cine, nostálgico de la Última Dictadura, realizar una síntesis de la película ponderando sus aspectos negativos e indicando por qué no es una obra fundamental para ver. Al realizar el comentario, retomar algunos de los interrogantes iniciales planteados para este período y poner de relieve los límites de la "primavera democrática".

Actividad para todos los estudiantes

Para profundizar: Los condicionamientos del Fondo Monetario Internacional (FMI) a partir de textos académicos

El gobierno nacional, encabezado por Raúl Alfonsín, intentó durante los primeros meses de su gestión lograr una renegociación de la deuda externa, tratando directamente con los principales acreedores. La estrategia consistía en eludir la intermediación del Fondo Monetario Internacional, con la esperanza de obtener  alguna quita en el monto global de la deuda. El gobierno nacional también procuró incentivar la formación  de un club regional de países deudores para poder posicionarse de mejor manera ante los acreedores externos. Ambos intentos fracasaron, en gran medida por las presiones y el boicot del FMI. Así pues, desde mediados de 1984 hasta el final de la gestión alfonsinista, se firmaron y renegociaron diferentes acuerdos entre el FMI y el gobierno nacional. En esos acuerdos, el Estado argentino se comprometía, entre otras cosas, a reducir la inflación y el déficit fiscal, a congelar salarios y a llevar a un mínimo el gasto en ayudas sociales. Como contrapartida, logró el acceso a préstamos internacionales gestionados por el FMI. Préstamos que, como se comprobó en los años subsiguientes, no harían más que incrementar la dependencia económica y política del país con respecto a los grandes centros financieros internacionales.

De esta forma, el ingenioso slogan de Alfonsín, según el cual "Con la democracia se come, se educa y se cura”, quedó claramente supeditado a los límites que el FMI, gran difusor mundial de la doctrina neoliberal, le fijaba a la democracia argentina.

El gobierno de Alfonsín, pese a sus esfuerzos, no pudo cumplir con la exigente agenda fijada por el FMI. Por ejemplo, no consiguió que el Congreso habilitara un proceso de privatización de las empresas públicas. Entonces, los "mercados" comenzaron a conspirar y a preparar el terreno para un nuevo y atroz disciplinamiento de los sectores populares y de los grupos políticos que aún se oponían a sus designios. El resultado de esta conspiración fue la hiperinflación que desembocó en el golpe de mercado de 1989.

Después de leer el texto “Las políticas industriales durante el gobierno de Raúl Alfonsín”, elaborado por la economista Priscila Palacio, en la biblioteca virtual Eumed.net, resolver las siguientes consignas:
  1. ¿De qué formas, según la autora, el FMI presionaba al gobierno nacional y con qué objetivos?
  2. ¿Por qué motivos el gobierno nacional terminó cediendo a las presiones del FMI?
  3. Retomar los trabajos sobre los saqueos de 1989 (análisis de fotografías y de portadas de diarios) y enriquecerlos a partir de los aportes del texto de Priscila Palacio.

 

Vale comentar aquí que nos parece muy importante que los estudiantes del Ciclo Orientado se familiaricen con fuentes de información elaboradas en ámbitos académicos, como el texto de Priscila Palacio, accediendo a modelos explicativos que devienen de investigaciones realizadas en el marco de las Ciencias Sociales. Es fundamental que esta indagación se realice con el acompañamiento de los docentes. Por ejemplo, en este caso, será muy importante que los docentes ayuden a los estudiantes a construir un glosario con los conceptos más técnicos o complejos del texto y que los ayuden a detectar y diferenciar las ideas principales y secundarias, teniendo siempre como norte las tres consignas planteadas.