Esta actividad requiere, en principio, de la interpretación de un instructivo para lograr la construcción que permitirá explorar las figuras que cumplen con las condiciones enunciadas. Al aplicar el test de arrastre sobre los vértices libres de este cuadrilátero podrán advertir que en todos los casos se trata de rectángulos. El problema consiste ahora en encontrar razones para esto. Los alumnos necesitarán apoyarse en el conocimiento que tengan sobre las propiedades del rectángulo.
Podrían, por ejemplo, advertir que los segmentos AC y BD son congruentes por ser diámetros de la circunferencia con centro en O y a la vez son diagonales del rectángulo. Por lo tanto: Si un cuadrilátero tiene diagonales congruentes que se cortan en su punto medio, se puede afirmar que es un rectángulo.
En otro caso, podría ser que los alumnos identifiquen ángulos inscriptos y centrales, observando que, por ejemplo, el ángulo inscripto ABC abarca una cuerda correspondiente al diámetro AC, por lo tanto, al corresponderse a un central llano, es recto. De este modo se retoman cuestiones que seguramente surgieron al resolver la actividad anterior.